Cuando no sé qué hacer me pongo nervioso y me paralizo. Unas veces es tan fácil como preguntar pero, según a quien, me cuesta enfrentarme a ese trance. Otras es cuestión de hacer lo que toca, sin pensarlo demasiado. Cada vez los cortocircuitos duran menos, eso sí, parece que algo hemos avanzado
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario