
El silencio es de esas cosas que son difíciles de gestionar. Te hablo de un silencio completo, no me vale un paraje tranquilo con un leve sonido de brisa y un arroyo más o menos cerca, no, te hablo del silencio absoluto.
Tan pronto como presentimos que llega se nos disparan los nudillos contra la mesa, o un canturreo vacío. El cerebro se acelera y se nos agolpan las palabras intentando taparlo.
Dale una oportunidad, hazme caso, intenta contener todos esos instintos y escucha el silencio.
Ya me contarás tus sensaciones, para mi resulta algo incomparable.
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