martes, 2 de septiembre de 2008

El tobogán de la vida


Para el niño hacer el tobogán que el llama castillo es un juego divertido. Su madre le ayuda porque no entiende que si no lo montas bien la canica no llegará hasta abajo.

La canica llega hasta abajo la primera vez. El niño aplaude contento y su madre lo abraza. Después de lanzar unas cuantas la canica negra se atasca, empuja una de las piezas de plástico malo hacia un sitio indebido y toda la estructura salta en pedazos.

El niño no lo sabe, y la madre, atenta a su hijo, no se da cuenta de que juntos están construyendo una preciosa metáfora de la vida.

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