Aquel gran abrazo estaba allí esperándome, fue por eso que al ver que no acudía vino en mi busca. Lo dejé ser, no le tuve miedo, y toda esa energía atrae ahora lo bello hacia mí. "No tengáis miedo" - dijo una vez un ilustre - y qué razón tenía.
lunes, 24 de septiembre de 2007
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