
Las palabras que ayer se amontonaban en mi cabeza y salían de mi boca a borbotones ya no están. Tanto silencio me desconcierta pero me ha permitido escuchar tus pasos al acercarte, su rista tímida mientras anotaba algo, la lavadora centrifugando o al vecino de arriba tirando de la cadena.
Parece mentira en qué cosas puede uno oír mensajes si pone atención.
No hay comentarios:
Publicar un comentario