jueves, 11 de diciembre de 2008

Sostener el rumbo


Los acontecimientos de ahora son aceite que mancha las manos y hace resbalar el timón.

O cambian su curso y encuentro un lugar donde limpiarme o acabaré por chocarme con las rocas de ahí al fondo

1 comentario:

Anónimo dijo...

El aceite engaña a veces. Sus manchas parecen indelebles y si resbalamos con él la caída puede ser muy aparatosa. Pero si lo miramos a los ojos -esos ojos aceitosos y repugnantes- vemos que no es tan fuerte como se cree. Para quitarlo sólo hace falta perderle el respeto, no dejarle que se haga fuerte. En realidad ¡El fairy puede con él! Pobre...

Carmen