lunes, 1 de diciembre de 2008

Fábula


El tiempo se estaba poniendo feo cuando de pronto vi aquel albergue. Tenía fuerzas para caminar otro rato pero no quería que me pillase una tormenta de nieve sin sitio para cobijarme.

Han sido tres días muy reparadores. La nieve vino a unirse al silencio y a mi que ya estábamos allí.

La primera noche, al calor de la chimenea leí esa fábula que tanto tiempo me llevaba esperando. Todos los personajes eran tan atractivos que ahora sólo me queda, como dírían los niños, pedirme uno y encarnarlo.

Si eso me lleva a un final como el de la fábula, habrá merecido la pena

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