La niebla convierte las farolas de la rotonda en duchas de luz. Un espectáculo maravilloso más de los muchos que se nos escapan cada día entre las prisas de la ciudad
Me gusta la ducha de luz, y los detalles sencillos que componen la ciudad. A veces no somos conscientes de la belleza que nos rodea. Abrir los ojos y mirar.
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Me gusta la ducha de luz, y los detalles sencillos que componen la ciudad. A veces no somos conscientes de la belleza que nos rodea. Abrir los ojos y mirar.
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