miércoles, 5 de diciembre de 2007

Llorar por dentro


Cuando, a deshora, me has asaltado por los pasillos para despedirse no he sabido qué hacer. Quería abrazarla pero no podía, quería decirla quédate pero sé que no debe hacerlo. He intentado no pensarlo. Un rato después, al ver su silla vacía he llorado por dentro para que nadie más me vea. Desde que aprendí lo uso mucho, quizás demasiado

martes, 4 de diciembre de 2007

Las cuatro y diez


Las Cuatro y diez

Luis Eduardo Aute

Fue en ese cine, ¿te acuerdas?,
en una mañana al este de Edén,
James Dean tiraba piedras
a una casa blanca, entonces te besé.
Aquella fue la primera vez,
tus labios parecían de papel,
y a la salida en la puerta
nos pidió un triste inspector nuestros carnets.
Luego volví a la academia
para no faltar a clase de francés,
tú me esperaste hora y media
en esta misma mesa, yo me retrasé.
¿Quieres helado de fresa
o prefieres que te pida ya el café?
Cuéntame como te encuentras,
aunque s que me responderás: muy bien.
Ten, esta foto es muy fea,
el más pequeño acababa de nacer.
Oiga, me trae la cuenta,
calla, que fui yo quien te invité a comer.
No te demores, no sea
que no llegues a la hora al almacén;
llámame el día que puedas,
date prisa que ya son las cuatro y diez.

lunes, 3 de diciembre de 2007

Duchas de luz


La niebla convierte las farolas de la rotonda en duchas de luz. Un espectáculo maravilloso más de los muchos que se nos escapan cada día entre las prisas de la ciudad